«Me recuerdo escribiendo desde muy joven en unas libretas grandes que mis padres tenían para hacer las cuentas de su trabajo. Escribía lo que hacía, lo que pensaba y lo que deseaba hacer en el futuro. Con mi primera Olivetti empecé a escribir cuentos. Un día gané un premio, dos, tres. Un día me pagaron por un relato y me compré mi primer ordenador.

Quedé finalista del premio Femenino-Lumen con el libro El hombre que pagaba noches enteras. Desde entonces empecé a publicar. Desde entonces he seguido escribiendo, acabando libros y creando en mí una de las vocaciones más deseadas desde niña.

Ahora viene esta novela: Lo prohibido. Y antes de acabarla, la imagen de una de las escenas que más me costaba escribir, ese Gaslight, esa Luz de gas, la empecé antes en imágenes que en palabras. Escribí mi primer guion y busqué un buen equipo de trabajo.

La escuela de cine FX Animation nos ayudó en todo el proceso de distribución y proyección y en esta gran idea de que el cortometraje pudiera verse dentro de la novela. Que la palabra escrita y la imagen fílmica de El secreto  estuvieran en el libro como estuvieron durante todo el tiempo de la creación de esta historia.»